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La Torre de Hercules

Exposicion de manteles pintados.

Leo esto en La Voz de Galicia:

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(Firma: Rubén Ventureira | Lugar: a coruña)

En Monte Alto, donde la cultura coruñesa hierve más que en ninguna otra latitud, hierven también manjares exóticos en la cocina de María, la dueña y cocinera de La Mediterrania. En este local del número 9 de calle Tuy hay fusión de cultura y gastronomía. Siempre, pero estos días más. El comedor se ha transformado en sala de exposiciones. Ocurre en otros locales, pero lo fresco es que los artistas son los clientes. Café, copa y puro, dicta el clásico de la sobremesa. Café, copa y dibujo, reinventa La Mediterrania.

Cuentan que en las paredes de un restaurante norteamericano cuelga un dibujo que Picasso realizó sobre un mantel. Lo hizo para abonar la cuenta de unos periodistas que cenaban en la mesa de al lado y que se excedieron a la hora de pedir vino caro. Como se lo pasó bien poniendo la oreja, el malagueño acudió en auxilio económico de la canallesca.

Más de cien

No hay que ser Picasso para pintar manteles, ni el poeta José Hierro, que tenía esta costumbre. ¿Quién no ha garabateado alguno a los cafés? Los clientes de La Mediterrania tienen esta sana costumbre. María y su hijo, Mauro, decidieron colgar algunas de estas obras. Y, al verlas expuestas, a Mauro se le ocurrió que podrían convocar un concurso de manteles. El 7 de diciembre arrancó el pintoresco certamen. Ya hay 115 manteles colgados. De todas las formas y colores. Variados, como la clientela del restaurante.

«Alguno ha repetido comida para poder hacer un segundo dibujo», apunta María Santos. «Hay gente que viene a La Mediterrania en grupo, sobre todo jóvenes, y cada uno pinta su trozo de mantel», detalla Mauro.

En una mesa se esparcen ceras, rotuladores, plastidecor y lápices de colores. Son los útiles de trabajo. «El que quiera traer otros, que lo haga», invita María.

Un chupito para el jurado

El próximo 11 de febrero finalizará el concurso y empezará la votación. Como es una república gastronómica, decidirán los clientes. Los que se lo trabajen. No sirve con izar la vista desde la mesa y votar a ojo de buen comensal. Los que quieran opinar serán invitados a dar una vuelta al restaurante y, después, a un chupito, gentileza de la casa.

A principios de marzo se entregarán los premios, tan originales como el concurso. El primero es una cena y un trofeo sorpresa. El segundo, sendas botellas de licor café y de licor de hierbas, además de un trofeo. Para el tercero, otro trofeo y una botella de licor café.

Además de dibujar y votar, hay más motivos para ir a La Mediterrania. Los culinarios. En breve, laconadas y cocina persa. En este caso, sin fusión. "

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