Las carpas de las Casas Regionales.
Dejando aparte lo de los precios y la escasa ( aunque no inexistente ) facil accesibilidad con sillas de ruedas y similares, el hecho de que los diferentes negocios compartan un espacio interior comun hace que te compres unos bollitos preñados en Asturias y termines sentado en una mesa de Galicia ( de donde amablemente te invitan a retirarte ) ;-).
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