Judas Priest y Baron Rojo en La Coruña
Copio y pego de La VOz de Galicia, principalmente por las anecdotas de anteriores conciertos, para disfrute de mis lectoras heavies, que habelas, hailas:
" El heavy metal tiene un público de lo más fiel. Lo sabe bien Ramón Barros, director del Coliseo, que hace unas semanas pronosticó «una gran entrada» para la actuación de Judas Priest. La habrá. Ayer se habían despachado 5.000 localidades para el concierto que esta banda británica fundada en 1971 ofrecerá esta noche (22.00 horas) en el recinto de Lavedra. Abrirán fuego (20.45 horas) los veteranos Barón Rojo.
Los conciertos de rock duro celebrados en A Coruña han sido fuente de incidentes muy heavies y de simpáticas anécdotas. Hagamos un repaso histórico.
. Nadie se sorprenderá hoy si sale humo del escenario mientras toca Barón Rojo. Este efecto ya es por todos conocido, pero años atrás era otro cantar. A comienzos de los 80, la banda hizo sudar la camiseta a los más de 5.000 seguidores que acudieron al Palacio de los Deportes. Pero hubo uno que sudó la gota gorda. En concreto, un policía nacional. Dio la voz de alarma: «Fuego, fuego», empezó a gritar histérico. Salía humo del escenario, en efecto, pero se trataba de un truco escénico, el del hielo seco (así le llaman los especialistas). El agente salvador se convirtió en improvisado bombero: tomó un extintor con intención de sofocar aquel incendio. El mánager de Barón Rojo frenó al policía cuando estaba a punto de auparse al escenario. Lo llegó a agarrar de la solapa del uniforme. «No hay fuego. Es un humo de mentira», le explicó. Tardó en convencerle para que depusiese el extintor, pero el despistado agente del orden acabó permitiendo que continuase el concierto. «Sigan, pero bajo su responsabilidad», le espetó, no del todo convencido, al mánager.
. En 1994, un grupo de vándalos arrasó el Coliseo. Fue durante un macroconcierto en el que participaron, entre otros, Extremoduro, Ratos do Porao y Soziedad Alkohólica. Numerosas sillas se arrancaron de cuajo y volaron por los aires. Los servicios, los de ellos y los de ellas, fueron destrozados. Además de exaltarse, un sector del público se encendió sexualmente. Tras los asientos de las últimas filas, las parejas se hicieron más que arrumacos. Los incidentes registrados en aquella ocasión provocaron que el Coliseo vetase los conciertos de rock duro durante unos años. Pasado ese período de castigo, ha organizado varios (como el de Iron Maiden en el 2003) en los que no se registraron incidentes reseñables.
. En enero del 2001, una sala coruñesa acogió un concierto de Soziedad Alkohólica. Un tipo que formaba parte de la larga cola perdió la paciencia y la educación: empezó a lanzar botellas contra las cristaleras, según informaron entonces los dueños del establecimiento afectado. Ya en el interior, varios espectadores escupieron a la encargada del ropero. Carpa para borrachos . En los años 90, los ourensanos Los Suaves actuaron en verano en la playa de Riazor. Por orden del Ayuntamiento, Protección Civil montó por primera y única vez en un concierto una carpa exclusiva para atender a las víctimas de los excesos etílicos, pues presuponía que los borrachos se contarían por decenas. Sin embargo, la carpa apenas recibió visitas. "
Si alguien no coje el chiste de la foto, que pulse aqui.
" El heavy metal tiene un público de lo más fiel. Lo sabe bien Ramón Barros, director del Coliseo, que hace unas semanas pronosticó «una gran entrada» para la actuación de Judas Priest. La habrá. Ayer se habían despachado 5.000 localidades para el concierto que esta banda británica fundada en 1971 ofrecerá esta noche (22.00 horas) en el recinto de Lavedra. Abrirán fuego (20.45 horas) los veteranos Barón Rojo.
Los conciertos de rock duro celebrados en A Coruña han sido fuente de incidentes muy heavies y de simpáticas anécdotas. Hagamos un repaso histórico.
. Nadie se sorprenderá hoy si sale humo del escenario mientras toca Barón Rojo. Este efecto ya es por todos conocido, pero años atrás era otro cantar. A comienzos de los 80, la banda hizo sudar la camiseta a los más de 5.000 seguidores que acudieron al Palacio de los Deportes. Pero hubo uno que sudó la gota gorda. En concreto, un policía nacional. Dio la voz de alarma: «Fuego, fuego», empezó a gritar histérico. Salía humo del escenario, en efecto, pero se trataba de un truco escénico, el del hielo seco (así le llaman los especialistas). El agente salvador se convirtió en improvisado bombero: tomó un extintor con intención de sofocar aquel incendio. El mánager de Barón Rojo frenó al policía cuando estaba a punto de auparse al escenario. Lo llegó a agarrar de la solapa del uniforme. «No hay fuego. Es un humo de mentira», le explicó. Tardó en convencerle para que depusiese el extintor, pero el despistado agente del orden acabó permitiendo que continuase el concierto. «Sigan, pero bajo su responsabilidad», le espetó, no del todo convencido, al mánager.
. En 1994, un grupo de vándalos arrasó el Coliseo. Fue durante un macroconcierto en el que participaron, entre otros, Extremoduro, Ratos do Porao y Soziedad Alkohólica. Numerosas sillas se arrancaron de cuajo y volaron por los aires. Los servicios, los de ellos y los de ellas, fueron destrozados. Además de exaltarse, un sector del público se encendió sexualmente. Tras los asientos de las últimas filas, las parejas se hicieron más que arrumacos. Los incidentes registrados en aquella ocasión provocaron que el Coliseo vetase los conciertos de rock duro durante unos años. Pasado ese período de castigo, ha organizado varios (como el de Iron Maiden en el 2003) en los que no se registraron incidentes reseñables.
. En enero del 2001, una sala coruñesa acogió un concierto de Soziedad Alkohólica. Un tipo que formaba parte de la larga cola perdió la paciencia y la educación: empezó a lanzar botellas contra las cristaleras, según informaron entonces los dueños del establecimiento afectado. Ya en el interior, varios espectadores escupieron a la encargada del ropero. Carpa para borrachos . En los años 90, los ourensanos Los Suaves actuaron en verano en la playa de Riazor. Por orden del Ayuntamiento, Protección Civil montó por primera y única vez en un concierto una carpa exclusiva para atender a las víctimas de los excesos etílicos, pues presuponía que los borrachos se contarían por decenas. Sin embargo, la carpa apenas recibió visitas. "
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1 comentario
Felipe -
En el periódico logicamente decían q eramos unos salvajes y que dejamos todo hecho un asco y borrachos. Joder si no dejaban meter alcohol, era todo comprado allí dentro y luego encima se quejan, putos periodistas.
Por cierto, el concierto genial :D