Las serpientes de Borges:6
Los Nagas
Los nagas pertenecen a las mitologías del Indostán. Se trata de serpientes, pero suelen asumir forma humana.
Arjuna, en uno de los libros del Mahabharata, es requerido por Ulupi, hija de un rey naga, y quiere hacer valer su voto de castidad; la doncella le recuerda que su deber es socorrer a los infelices; y el héroe le concede una noche. Buddha, meditando bajo la higuera, es castigado por el viento y la lluvia; un naga compasivo se le enrosca siete veces alrededor y despliega sobre él sus siete cabezas, a manera de un techo. El Buddha lo convierte a su fe.
Kern, en su Manual del Budismo Indio, define a los nagas como serpientes parecidas a nubes. Habitan bajo tierra, en hondos palacios. Los sectarios del Gran Vehículo refieren que el Buddha predicó una ley a los hombres y otra a los dioses, y que ésta la esotérica fue guardada en los cielos y palacios de las serpientes, que la entregaron, siglos después, al monje Nagarjuna.
He aquí una leyenda, recogida en la India por el peregrino Fa Hsien, a principios del siglo v:
El Rey Asoka llegó a un lago, cerca del cual había una torre. Pensó destruirla para edificar otra más alta. Un brahmán lo hizo penetrar en la torre y, una vez dentro, le dijo:
Mi forma humana es ilusoria; soy realmente un naga, un dragón. Mis culpas hacen que yo habite este cuerpo espantoso, pero observo la ley que ha dictado el Buddha y espero redimirme. Puedes destruir este santuario, si te crees capaz de erigir otro que sea mejor.
Le mostró los vasos del culto. El rey los miró con alarma, porque eran muy distintos de los que fabrican los hombres, y desistió de su propósito.
Los nagas pertenecen a las mitologías del Indostán. Se trata de serpientes, pero suelen asumir forma humana.
Arjuna, en uno de los libros del Mahabharata, es requerido por Ulupi, hija de un rey naga, y quiere hacer valer su voto de castidad; la doncella le recuerda que su deber es socorrer a los infelices; y el héroe le concede una noche. Buddha, meditando bajo la higuera, es castigado por el viento y la lluvia; un naga compasivo se le enrosca siete veces alrededor y despliega sobre él sus siete cabezas, a manera de un techo. El Buddha lo convierte a su fe.
Kern, en su Manual del Budismo Indio, define a los nagas como serpientes parecidas a nubes. Habitan bajo tierra, en hondos palacios. Los sectarios del Gran Vehículo refieren que el Buddha predicó una ley a los hombres y otra a los dioses, y que ésta la esotérica fue guardada en los cielos y palacios de las serpientes, que la entregaron, siglos después, al monje Nagarjuna.
He aquí una leyenda, recogida en la India por el peregrino Fa Hsien, a principios del siglo v:
El Rey Asoka llegó a un lago, cerca del cual había una torre. Pensó destruirla para edificar otra más alta. Un brahmán lo hizo penetrar en la torre y, una vez dentro, le dijo:
Mi forma humana es ilusoria; soy realmente un naga, un dragón. Mis culpas hacen que yo habite este cuerpo espantoso, pero observo la ley que ha dictado el Buddha y espero redimirme. Puedes destruir este santuario, si te crees capaz de erigir otro que sea mejor.
Le mostró los vasos del culto. El rey los miró con alarma, porque eran muy distintos de los que fabrican los hombres, y desistió de su propósito.
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jefferson -