Para ti, ciclista sentimental a la cabeza del peloton. 4
Calle Mayor-Revolver
La riada de gente es tan densa que cuesta trabajo caminar al revés.
Hay puestos en el suelo con ponchos, muñecas, todos hechos a mano, y también hay jerseys.
Con el brutal miedo que da el ser extranjero, los dos peruanos dicen "¿Cuánto es?"
a un tipo necio que, riéndose de ellos intenta sacarles un precio mejor.
Y cuando lo consigue se siente vencedor, triunfó en su batalla, su guerra y ley... en la calle Mayor.
Me da igual que seamos gitanos que payos, da igual si del norte o del sur,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Me da igual que seamos negros que blancos, me importa tan poco el color,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Hay negros que venden trastos inservibles
como un aspirador de esos irrompibles,
relojes de cuarzo, de esos digitales,
loros de mil watios pendientes, collares...
pulseras de marfil, hinchadores de ruedas,
altavoces pequeños de esos que no suenan.
Aquí nadie obliga a comprar nada a nadie,
tuyo es tu dinero y suyo el transistor.
La calle es de todos, da igual el lenguaje
y pasa la mañana en la calle Mayor
Me da igual que seamos gitanos que payos, da igual si del norte o del sur,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Me da igual que seamos negros que blancos, me importa tan poco el color,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Y hay un matrimonio vestido de domingo,
con un par de diablos que ellos llaman hijos. Van pisoteando los puestos y, al rato, uno de los negros le dice "Cuidado!"
y allí va ese padre con paso de ganso
mirando al extranjero de arriba pabajo,
mientras que le grita:
"¡tú, negro de mierda, si tocas a mi hijo te abro la cabeza!"
Y la gente aplaude, batalla ganada contra el extranjero que vino del mar;
y cuando el chaval recoje sus telas piensa que hay más fieras aquí que en la selva
y que de nada sirve volver a intentar convencer al padre que ambos son igual.
Y en el barco de Orán hace frío y el chaval se siente por dentro fatal,
ha perdido de vista la costa y la noche asoma... y la noche asoma...
a la calle Mayor
Me da igual que seamos gitanos que payos, da igual si del norte o del sur,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Me da igual que seamos negros que blancos, me importa tan poco el color,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Reir y llorar- Revolver
Si uno tiene el alma cosida a zarpazos,
es normal no darle una oportunidad
a nadie que quiera hacerte importante
en su propio mundo y en su soledad.
Parches y remiendos son bálsamo suave
que calman heridas unas horas más.
Cuando la memoria nada en la botella,
tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Y a punta de lanza rompió mis defensas
hincando las uñas en mi corazón.
No tuve valor de luchar por mis huesos
y quedó patente mi fragilidad
No sirvió de nada que saliera huyendo,
otra vuelta de tuerca, y no sé cuántas van.
Es por eso que hoy mi memoria se hunde,
y tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Déjame creer que merece la pena
pensar que, a menudo, alguien como yo
pueda caminar como un hombre cualquiera,
dueño de sus pasos y su dirección.
Cuando la memoria nada en la botella,
tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Es por eso que hoy mi memoria se hunde,
y tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Los surcos de tu espalda- Revolver
Si se te ocurre decirme "te quiero",
no quiero nunca saber el "cómo" ni el "por qué".
No me interesan ni las maneras ni los motivos que tú utilices en tu querer.
No quiero ser ese espejismo en tu desierto particular,
sólo quiero despertarme y contemplar...
los surcos de tu espalda un día más.
los surcos de tu espalda un día más.
No pensaré en que contigo
me gustaría descansar y envejecer.
No hay más futuro que el instante
de saber que corro el riesgo de perder...
Imposible enamorarse
sin saber que va a doler.
Sólo quiero despertarme y recorrer...
los surcos que mi amor hará en tu piel.
Los surcos que mi amor...
Hará entre tú y mi espalda.
Un día de estos llegará,
mejor te vistes y te vas.
Maldigo a la distancia
que hace imposible recorrer
los surcos de mi amor
Imposible enamorarse
sin saber que va a doler.
Sólo quiero despertarme y recorrer...
los surcos que mi amor hará en tu piel.
Los surcos que mi amor hará en tu piel.
La riada de gente es tan densa que cuesta trabajo caminar al revés.
Hay puestos en el suelo con ponchos, muñecas, todos hechos a mano, y también hay jerseys.
Con el brutal miedo que da el ser extranjero, los dos peruanos dicen "¿Cuánto es?"
a un tipo necio que, riéndose de ellos intenta sacarles un precio mejor.
Y cuando lo consigue se siente vencedor, triunfó en su batalla, su guerra y ley... en la calle Mayor.
Me da igual que seamos gitanos que payos, da igual si del norte o del sur,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Me da igual que seamos negros que blancos, me importa tan poco el color,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Hay negros que venden trastos inservibles
como un aspirador de esos irrompibles,
relojes de cuarzo, de esos digitales,
loros de mil watios pendientes, collares...
pulseras de marfil, hinchadores de ruedas,
altavoces pequeños de esos que no suenan.
Aquí nadie obliga a comprar nada a nadie,
tuyo es tu dinero y suyo el transistor.
La calle es de todos, da igual el lenguaje
y pasa la mañana en la calle Mayor
Me da igual que seamos gitanos que payos, da igual si del norte o del sur,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Me da igual que seamos negros que blancos, me importa tan poco el color,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Y hay un matrimonio vestido de domingo,
con un par de diablos que ellos llaman hijos. Van pisoteando los puestos y, al rato, uno de los negros le dice "Cuidado!"
y allí va ese padre con paso de ganso
mirando al extranjero de arriba pabajo,
mientras que le grita:
"¡tú, negro de mierda, si tocas a mi hijo te abro la cabeza!"
Y la gente aplaude, batalla ganada contra el extranjero que vino del mar;
y cuando el chaval recoje sus telas piensa que hay más fieras aquí que en la selva
y que de nada sirve volver a intentar convencer al padre que ambos son igual.
Y en el barco de Orán hace frío y el chaval se siente por dentro fatal,
ha perdido de vista la costa y la noche asoma... y la noche asoma...
a la calle Mayor
Me da igual que seamos gitanos que payos, da igual si del norte o del sur,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Me da igual que seamos negros que blancos, me importa tan poco el color,
pues la vida es la vida y los hombres son hombres aquí y en la calle Mayor.
Reir y llorar- Revolver
Si uno tiene el alma cosida a zarpazos,
es normal no darle una oportunidad
a nadie que quiera hacerte importante
en su propio mundo y en su soledad.
Parches y remiendos son bálsamo suave
que calman heridas unas horas más.
Cuando la memoria nada en la botella,
tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Y a punta de lanza rompió mis defensas
hincando las uñas en mi corazón.
No tuve valor de luchar por mis huesos
y quedó patente mi fragilidad
No sirvió de nada que saliera huyendo,
otra vuelta de tuerca, y no sé cuántas van.
Es por eso que hoy mi memoria se hunde,
y tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Déjame creer que merece la pena
pensar que, a menudo, alguien como yo
pueda caminar como un hombre cualquiera,
dueño de sus pasos y su dirección.
Cuando la memoria nada en la botella,
tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Es por eso que hoy mi memoria se hunde,
y tiene más sentido reir y llorar, reir y llorar.
Los surcos de tu espalda- Revolver
Si se te ocurre decirme "te quiero",
no quiero nunca saber el "cómo" ni el "por qué".
No me interesan ni las maneras ni los motivos que tú utilices en tu querer.
No quiero ser ese espejismo en tu desierto particular,
sólo quiero despertarme y contemplar...
los surcos de tu espalda un día más.
los surcos de tu espalda un día más.
No pensaré en que contigo
me gustaría descansar y envejecer.
No hay más futuro que el instante
de saber que corro el riesgo de perder...
Imposible enamorarse
sin saber que va a doler.
Sólo quiero despertarme y recorrer...
los surcos que mi amor hará en tu piel.
Los surcos que mi amor...
Hará entre tú y mi espalda.
Un día de estos llegará,
mejor te vistes y te vas.
Maldigo a la distancia
que hace imposible recorrer
los surcos de mi amor
Imposible enamorarse
sin saber que va a doler.
Sólo quiero despertarme y recorrer...
los surcos que mi amor hará en tu piel.
Los surcos que mi amor hará en tu piel.
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