Soy tonto, tonto, tonto

Y es que no aprendo, lectores mios. Hoy el despistado del cobrador del supermercado donde adquiria mis latitas de refrescos y vicios variados, me cobro una Pepsi y una Pepsi Max como si fuesen lo mismo. Advertido de su error por el idiota que os escribe, lo subsano, cobrandome los 3 centimos de mas que en otro caso se hubieran perdido para su empresa. Hombre, pienso que un gracias por su parte hubiera sido lo minimo, pero se ve que los gilipollas, errrrrr, los honrados no tenemos derecho a esas educaciones.

En fin, como no aprendo, merezco un castigo ejemplar. Nada de lapidadme, eso no es lo bastante duro. Ni siquiera hacerme oir a 15 bellas y encantadoras huries recitandome a coro la Critica de la Razon Pura. No, necesito algo peor. No se, quizas dejar que una encantadora y simpatica y sociable cobra real se cuele en mi dormitorio y me muerda, casta y puramente, el tobillo derecho hasta que la palme y deje de hacer tonterias...