Actividades de Ecodesarrollo Gaia. Enseñando español a los inmigrantes.
Desde La Opinion:
" Ecodesarrollo Gaia ofrece cursos de castellano a inmigrantes porque considera que el idioma es fundamental para la integración.
Javier P. Gasamáns / A Coruña
Para muchos inmigrantes la llegada a un nuevo país es semejante a la entrada en un laberinto. Encontrar la salida es complicado, pero el miedo a quedarse atrapado en él puede descentrarlos del objetivo y convertir la tarea en algo imposible. Si mientras están atrapados entre los muros alguien les recuerda que afuera está la oportunidad de prosperar y les ayuda a guiarse entre lo desconocido, las posibilidades de éxito crecen exponencialmente. La ONG Ecodesarrollo Gaia lleva desde 1992 intentando realizar esta labor: ayudar a inmigrantes de la ciudad y de su área metropolitana a que consigan una integración social y laboral satisfactoria.
Ecodesarrollo Gaia tiene su centro social en el barrio de la Sagrada Familia, concretamente en la calle Antonio Pereira. Por allí pasan todos los días multitud de inmigrantes. Van para asistir a las clases de castellano que allí se imparten, para recibir asesoramiento jurídico o para buscar quien les ayude a encontrar un trabajo, pero al margen del motivo de su visita todos reciben apoyo y afecto para consolidar su proyecto vital. Guillermo Fernández, uno de los voluntarios del centro, considera que para que la organización pueda ayudar a los inmigrantes es necesario un ambiente de concordia. "Que la gente venga aquí y esté como en su casa, que entren, que salgan, que nos consideren de su familia", dice.
Desde la asociación se intenta tener una visión global de la inmigración. "Intentamos abarcar toda la problemática que una persona inmigrante vive", asegura Guillermo. Algunas de las personas que han acudido al centro lo han hecho el mismo día que llegaron al país. Guillermo cuenta de qué forma los inmigrantes recién llegados necesitan hacerse a la idea de su nueva situación. "Llegan con una maraña de sentimientos de miedo, culpabilidad por haber abandonado a los suyos y nostalgia que les restan fuerzan. Nosotros intentamos rehacer la mente y reestructurar sus ansias en torno a lo que es el proyecto de mejorar la condiciones de vida de los suyos", relata.
Según Fernández, "la maraña" y la nostalgia pueden paralizarlos. Como si fuera un ordenador la mente debe ser reiniciada para realizar su nueva tarea, pero para esto es necesario saber que le ocurre realmente a la persona. "Tenemos que conocer la nebulosa que paraliza la mente. Esto se consigue con una experiencia muy dilatada en la relación con esta gente. Tenemos que saber todo lo que hay", explica Guillermo.
Encontrar un trabajo y regularizar su situación son dos de los objetivos principales de los inmigrantes. El desconocimiento del idioma dificulta esta tarea ya de por sí complicada. "Sin la lengua no comprendes ni lo que estas viendo", recuerda Guillermo. En el local de la organización se imparten clases de castellano incluso durante el fin de semana, para facilitar la asistencia a aquellos a los que su horario laboral les impida ir. A los inmigrantes subsaharianos, el colectivo con el que la organización colabora más intensamente, el aprendizaje del idioma les resulta dificultoso porque la suya no es una lengua romance. Algunos de ellos tienen una limitación mayor para el aprendizaje: el analfabetismo. Para estos extranjeros, la organización también imparte cursos de alfabetización.
Malú Filgueiras es una voluntaria de la ONG e imparte clases de castellano entre otras labores. Para ella el idioma es fundamental. "Si desconocen la lengua es como si estuvieran aislados, es una situación de completa indefensión", comenta. Los estudiantes se reparten en grupos de pocos miembros y en dos niveles según su dominio del idioma. También fomenta la lectura autodidacta y el espíritu crítico. "Piensan que todo lo que está escrito en los libros es verdad y tenemos que explicarles que eso no es así", dice Filgueiras. Cuando los inmigrantes conocen el idioma, se abre una puerta ante ellos. "Se dan cuenta de las posibilidades que hay, entenderse con la gente es como si viesen la luz, les cambia la cara", dice Malú.
Assane N Doye es un inmigrante senegalés que llegó hace tres años a España. No sabía ni leer ni escribir. "Hicieron falta más de 200 horas para alfabetizarlo", recuerda Guillermo. Unos amigos de Assane lo pusieron en contacto con la ONG. "Aquí me enseñaron todo lo que conozco de España", dice Assane, quien considera que conocer el idioma es fundamental. "Es lo primero que debemos hacer para poder integrarnos en la sociedad. Ahora puedo ir a donde quiero, si quiero saber algo lo pregunto", comenta.
Guillermo matiza que conocer el idioma es muy importante, pero no lo es todo. "La pieza clave es la regularización administrativa", comenta. Assane también lo ve así. "Ahora estoy contento, tengo los papeles", añade.
Ecodesarrollo Gaia también participa en proyectos internacionales. Trabajan con la Cooperativa de Mujeres Saladoras de Pescado Seuty Ndiare de Tonghor Yoff, en Senegal. La cooperativa está formada por 60 trabajadoras que se dedican a la salazón y secado de los excedentes pesqueros no vendidos. La ONG contactó con ellas a través de inmigrantes senegales de la ciudad e iniciaron un proyecto conjunto. La colaboración está encaminada a construir un centro de formación para el desarrollo sostenible y una escuela infantil que recibirá el nombre de Coruña. Ecodesarrollo ya ha visitado la zona y se han coordinado con los ciudadanos de Yoff.
La ONG participa con organizaciones internacionales que defienden la pesca como actividad social y ecológicamente sostenible. Ecodesarrollo colabora con el Foro Mundial para la Pesca, con Colectivo Internacional en Apoyo a la pesca Artesanal y la Coalición por Acuerdos Pesqueros Equitativos, todas ellas en Bruselas. De la misma manera, Ecodesarrollo interviene una vez al mes en el Comité Consultivo de la Comisión de Pesca de la UE. "
" Ecodesarrollo Gaia ofrece cursos de castellano a inmigrantes porque considera que el idioma es fundamental para la integración.
Javier P. Gasamáns / A Coruña
Para muchos inmigrantes la llegada a un nuevo país es semejante a la entrada en un laberinto. Encontrar la salida es complicado, pero el miedo a quedarse atrapado en él puede descentrarlos del objetivo y convertir la tarea en algo imposible. Si mientras están atrapados entre los muros alguien les recuerda que afuera está la oportunidad de prosperar y les ayuda a guiarse entre lo desconocido, las posibilidades de éxito crecen exponencialmente. La ONG Ecodesarrollo Gaia lleva desde 1992 intentando realizar esta labor: ayudar a inmigrantes de la ciudad y de su área metropolitana a que consigan una integración social y laboral satisfactoria.
Ecodesarrollo Gaia tiene su centro social en el barrio de la Sagrada Familia, concretamente en la calle Antonio Pereira. Por allí pasan todos los días multitud de inmigrantes. Van para asistir a las clases de castellano que allí se imparten, para recibir asesoramiento jurídico o para buscar quien les ayude a encontrar un trabajo, pero al margen del motivo de su visita todos reciben apoyo y afecto para consolidar su proyecto vital. Guillermo Fernández, uno de los voluntarios del centro, considera que para que la organización pueda ayudar a los inmigrantes es necesario un ambiente de concordia. "Que la gente venga aquí y esté como en su casa, que entren, que salgan, que nos consideren de su familia", dice.
Desde la asociación se intenta tener una visión global de la inmigración. "Intentamos abarcar toda la problemática que una persona inmigrante vive", asegura Guillermo. Algunas de las personas que han acudido al centro lo han hecho el mismo día que llegaron al país. Guillermo cuenta de qué forma los inmigrantes recién llegados necesitan hacerse a la idea de su nueva situación. "Llegan con una maraña de sentimientos de miedo, culpabilidad por haber abandonado a los suyos y nostalgia que les restan fuerzan. Nosotros intentamos rehacer la mente y reestructurar sus ansias en torno a lo que es el proyecto de mejorar la condiciones de vida de los suyos", relata.
Según Fernández, "la maraña" y la nostalgia pueden paralizarlos. Como si fuera un ordenador la mente debe ser reiniciada para realizar su nueva tarea, pero para esto es necesario saber que le ocurre realmente a la persona. "Tenemos que conocer la nebulosa que paraliza la mente. Esto se consigue con una experiencia muy dilatada en la relación con esta gente. Tenemos que saber todo lo que hay", explica Guillermo.
Encontrar un trabajo y regularizar su situación son dos de los objetivos principales de los inmigrantes. El desconocimiento del idioma dificulta esta tarea ya de por sí complicada. "Sin la lengua no comprendes ni lo que estas viendo", recuerda Guillermo. En el local de la organización se imparten clases de castellano incluso durante el fin de semana, para facilitar la asistencia a aquellos a los que su horario laboral les impida ir. A los inmigrantes subsaharianos, el colectivo con el que la organización colabora más intensamente, el aprendizaje del idioma les resulta dificultoso porque la suya no es una lengua romance. Algunos de ellos tienen una limitación mayor para el aprendizaje: el analfabetismo. Para estos extranjeros, la organización también imparte cursos de alfabetización.
Malú Filgueiras es una voluntaria de la ONG e imparte clases de castellano entre otras labores. Para ella el idioma es fundamental. "Si desconocen la lengua es como si estuvieran aislados, es una situación de completa indefensión", comenta. Los estudiantes se reparten en grupos de pocos miembros y en dos niveles según su dominio del idioma. También fomenta la lectura autodidacta y el espíritu crítico. "Piensan que todo lo que está escrito en los libros es verdad y tenemos que explicarles que eso no es así", dice Filgueiras. Cuando los inmigrantes conocen el idioma, se abre una puerta ante ellos. "Se dan cuenta de las posibilidades que hay, entenderse con la gente es como si viesen la luz, les cambia la cara", dice Malú.
Assane N Doye es un inmigrante senegalés que llegó hace tres años a España. No sabía ni leer ni escribir. "Hicieron falta más de 200 horas para alfabetizarlo", recuerda Guillermo. Unos amigos de Assane lo pusieron en contacto con la ONG. "Aquí me enseñaron todo lo que conozco de España", dice Assane, quien considera que conocer el idioma es fundamental. "Es lo primero que debemos hacer para poder integrarnos en la sociedad. Ahora puedo ir a donde quiero, si quiero saber algo lo pregunto", comenta.
Guillermo matiza que conocer el idioma es muy importante, pero no lo es todo. "La pieza clave es la regularización administrativa", comenta. Assane también lo ve así. "Ahora estoy contento, tengo los papeles", añade.
Ecodesarrollo Gaia también participa en proyectos internacionales. Trabajan con la Cooperativa de Mujeres Saladoras de Pescado Seuty Ndiare de Tonghor Yoff, en Senegal. La cooperativa está formada por 60 trabajadoras que se dedican a la salazón y secado de los excedentes pesqueros no vendidos. La ONG contactó con ellas a través de inmigrantes senegales de la ciudad e iniciaron un proyecto conjunto. La colaboración está encaminada a construir un centro de formación para el desarrollo sostenible y una escuela infantil que recibirá el nombre de Coruña. Ecodesarrollo ya ha visitado la zona y se han coordinado con los ciudadanos de Yoff.
La ONG participa con organizaciones internacionales que defienden la pesca como actividad social y ecológicamente sostenible. Ecodesarrollo colabora con el Foro Mundial para la Pesca, con Colectivo Internacional en Apoyo a la pesca Artesanal y la Coalición por Acuerdos Pesqueros Equitativos, todas ellas en Bruselas. De la misma manera, Ecodesarrollo interviene una vez al mes en el Comité Consultivo de la Comisión de Pesca de la UE. "
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