Blogia
La Torre de Hercules

Las cuentas del Gran Capitan, de Lope de Vega II.


 

Salen el REY DON FERNANDO y el ALMIRANTE.

 
FERNANDO
Premio de reino en fin.
ALMIRANTE
La vulgar gente

(clarísimo Fernando) es atrevida,
luego que causa para serlo siente.
FERNANDO
Castilla a tanto bien desconocida,
yo coroné de mi laurel tu frente 5
a costa de mi sangre y de mi vida,
yo te limpié del Moro y del Hebreo;
¡qué bien me pagas obras y deseo!
Vino, Almirante, a España el yerno mío,
Felipe vino, de mi Juana esposo, 10
conozco que es su Rey, mas tal desvío
me tiene triste, y con razón quejoso.
Pero en el cielo, y su poder confío,
que como a padre suyo generoso,
Castilla me eche menos algún día. 15
ALMIRANTE
¿Quién duda que os debió su Monarquía?
Pero dice señor, que Isabel muerta,
reina y señora nuestra castellana.
Ya Felipe es su Rey, y en esto acierta,
heredando estos reinos doña Juana. 20
Cuánto os mandó señor se desconcierta,
pues con la Serenísima Germana
os casasteis3, habiendo prometido
de no casaros; pues lo habéis perdido.
Diez cuentos, que mandó daros de renta, 25
y la del nuevo mundo conquistado

-fol. 57v-
por Colón, sin la mucha que se cuenta
de los maestrazgos, de que habéis gozado,
tienen esta Corona descontenta,
viendo, Fernando, que os habéis casado, 30
conoce el bien, pero a decir se atreve,
que a la muerta Isabel la mitad debe.
Ella se halló con vos en las fronteras,
y a vuestro lado mereció las glorias,
que de Genil os dieron las riberas 35
por tantas y tan célebres vitorias.
Y pues con su favor vuestras banderas,
que a la fama darán bronces y historias,
a Perpiñán y a Ruisellón cobraron,
y a Nápoles la bella conquistaron. 40
Claro está, que de aquestos beneficios
señor, os resultó mayor provecho,
y que os pagó también con sus servicios,
el favor y merced que le habéis hecho.
Que deseasteis hijos dais indicios, 45
de vuestro casamiento satisfecho
a quien dejéis de Nápoles la silla,
en daño de los Reyes de Castilla.
Pues no os maravilléis, que al rey Felipe
su señor natural, pues vuestro nieto 50
Carlos lo es ya, respete y anticipe
en obediencia, gusto, fe y respeto.
FERNANDO
¿Y es fuerza de razón que participe
quien fue la causa dese mismo efeto,
del agradecimiento que me debe? 55
ALMIRANTE
Yo solo os digo lo que al Reino mueve.
De Carlos vuestro nieto pronostican
que ha de humillar el mundo a su Corona,
del Imperio las Águilas le aplican,
y de la fría a la abrasada zona. 60
Temen que tengáis hijos, y replican
que estuviera mejor vuestra persona
en Aragón o Nápoles.
FERNANDO
Jüicio

del vulgo, ingrato a tanto beneficio.
Pero porque sepáis en cual estado 65
tiene a Nápoles hoy mi ingrato yerno

-fol. 58r-
leed aquesta carta, que ha llegado
contra el Virrey que tiene por gobierno.
ALMIRANTE
Ya os he dicho otra vez, cuan engañado
os tiene de la envidia el odio eterno, 70
contra el gran Capitán, honor del mundo.
FERNANDO
Leed, veréis en que razón me fundo.

 

(Lea el ALMIRANTE.)

 
ALMIRANTE

El rey Felipe, Archiduque, y el Rey de Romanos su padre, prometen al gran Capitán, porque tenga en su nombre las fortalezas deste Reino, irle a ayudar en persona, y casar al Duque don Fernando hijo del rey don Fadrique, con su hija mayor, y hacerlos Reyes, poniendo al gran Capitán en la gobernación perpetua de aquel gobierno.



FERNANDO
La firma no la leáis.
ALMIRANTE
Ni aun quisiera, por no ver
hombre que os pueda poner 75
en la confusión que estáis.
FERNANDO
¿Qué os parece?
ALMIRANTE
Que es mentira.

FERNANDO
¿Mentira?
ALMIRANTE
Sí gran señor,

y no debéis al amor
de don Gonzalo esa ira. 80
FERNANDO
Yo sé que es cierto.
ALMIRANTE
¿Por qué?

FERNANDO
Porque basta ser mi daño.
ALMIRANTE
En eso se ve el engaño,
y la desdicha se ve.
Por la cruz de aquesta espada, 85
que miente el que esto os escribe,
y que el gran Capitán vive
firme en la lealtad jurada.
Que cuando el Rey de Romanos
eso quisiera intentar, 90
no diera el Duque lugar
a pensamientos tan vanos.
FERNANDO
Casar con hijo de rey
su hija, y hacerlos reyes,
¿no es de temer?
ALMIRANTE
No, en las leyes
95
de un hombre de buena ley.
Quien ese reino os ganó,
y tanto honor os ha dado,
bien merece ser honrado
con el crédito que os dio. 100
FERNANDO
Ya le he mandado prender.
ALMIRANTE
Erráis contra vuestro honor,
y haréis un hecho, señor,
que no sabréis deshacer.
Vive Dios, que si en prisión 105
al gran Capitán ponéis,
que en todo el mundo perdéis
honor y reputación.
¡Ha envidia a lo que has llegado!
Basta que intentas el Sol 110
eclipsar de un español
que tiene el mundo admirado.
FERNANDO
Quedo, Almirante4, que luego
haré que este acuerdo cese.
ALMIRANTE
Si un ave, señor, pudiese, 115
fuera justo darle el pliego.
FERNANDO
Yo lo quiero remediar

-fol. 58v-
con darle, Almirante, en pago
el Maestrazgo de Santiago.
ALMIRANTE
Los pies os quiero besar. 120
FERNANDO
Basta, alzaos, que esto es temor,
viendo, que en Castilla están
mis hijos, que al Capitán
grande, tengo grande amor.
En aquestas disensiones 125
Nápoles es mi sagrado,
y a lo que me han informado,
me animan sus dilaciones,
¿por qué no se viene a España?
ALMIRANTE
Porque os sirve bien allí. 130
FERNANDO
No sé si lo crea ansí.
ALMIRANTE
Quien os escribe os engaña,
y tratalde bien, por Dios,
que si ingrato respondéis,
a Castilla enseñaréis 135
a ser ingrata con vos.

 

(Vanse.)

 

 

(Salen GARCÍA DE PAREDES y el GRAN CAPITÁN.)

 
GARCÍA
Si supiera que querías
el barreno para hacer
tal cosa, pudiera ser
que las ignorancias mías 140
te dieran algún enojo.
CAPITÁN
Bien está muerto, Paredes.
GARCÍA
Decirlo y hacerlo puedes
a tu libertad y antojo.
Pero vive Dios que has muerto 145
al caballero mejor
de tu sangre, y que fue error.
CAPITÁN
A buen tiempo.
GARCÍA
¿Pues no es cierto?

CAPITÁN
¿No me dijiste que estaba
cobarde y descolorido? 150
GARCÍA
¿Y no pudiera haber sido
que el corazón le apretaba
de puro valor el pecho?
Pero, ¿qué hiciste después?
CAPITÁN
Salí a tierra.
GARCÍA
Habría tres
155
o cuatro, ya lo sospecho,
destos gallinas: ¡ah, Dios,
quién estuviera a tu lado!
CAPITÁN
Fabricio es hidalgo honrado,
y esperaba dos a dos. 160
GARCÍA
¿Matolos vuestra Excelencia?
CAPITÁN
Dijeron que no era ley
de nobles contra el Virrey,
y pareciome prudencia.
GARCÍA
Es el temor muy cortés, 165
muy hablado y comedido,
algo hiciste.
CAPITÁN
No he tenido

manos jamás contra pies.
GARCÍA
¿Ni les diste un cintarazo
siquiera?
CAPITÁN
Paredes, no,
170
que un hombre que allí se halló
también me detuvo el brazo.
GARCÍA
¿Quién era?
CAPITÁN
El gran Capitán.

GARCÍA
Ya lo echamos al valor;
pues como sabrán señor, 175
¿en qué obligación te están?
En mi tierra un azotado
dio al verdugo cien escudos,
porque se los diese mudos,
que era honrado y delicado. 180
En saliendo por la puerta,
así la mano asentó,
que al primero que le dio
le dejó la espalda abierta.
El hombre volvió del yugo 185
la cabeza al golpe fiero,
y díjole: ¿y el dinero?
A quien respondió el verdugo:
todos habían de ser
como este, y así sabrá 190
en que obligación me está

-fol. 59r-
por el dinero de ayer,
que si quedo se los diera,
bien sabe que no podía
conocer la cortesía 195
de los que adelante espera.
Aplico y digo que yo
les diera tal cintarazo,
que conocieran el brazo,
que a los demás perdonó. 200

 

(Sale un PAJE.)

 
PAJE
Aquí ha llegado don Juan.
CAPITÁN
¿Que don Juan?
GARCÍA
¿Cosa que fuese

tu sobrino y que viviese?

 

(Entren DON JUAN y MORATA.)

 
MORATA
Confusos de verte están.
DON JUAN
Dame tus pies.
CAPITÁN
Vive el cielo,
205
que de que viva me pesa.
DON JUAN
En el pasado peligro,
tuve por ventura inmensa,
el ver, señor, que nadaba
tan diestro Vuestra Excelencia, 210
con lo poco que sabía,
aunque tarde, llegué a tierra,
y hallé mis dos enemigos,
que estampaban el arena,
como celosos novillos, 215
que sus contrarios esperan.
Metí mano para entrambos,
que no hay ventaja que tema
quien nace Córdoba al mundo,
y que tiene sangre vuestra. 220
Maté a Fabricio, Espinelo
huyó, mas dejome en prendas
esta capa y esta daga,
que trae Morata: hola, muestra.
A Fabricio le quité 225
del cuello aquesta cadena,
que donde hay desconfianzas,
serán forzosas las señas
para espada, que también
pechos contrarios barrena. 230
Nunca barrenéis las barcas
a donde el honor navega;
porque no es clavo el honor,
que ha menester cuando entra,
que dé el barreno lugar, 235
donde él sabe entrar por fuerza.
Para cobardes espadas
esas barrenas son buenas,
que donde hay fuerza en la sangre
sabrán entrar por las piedras. 240
Vuestra licencia me dad
para que a España me vuelva,
que no quiero que me deis
agua sin tratos de cuerda.
Mas de la que yo bebí, 245
sangre a mis contrarios cuesta;
dos veces sois mi padrino,
una allí, y otra en la Iglesia.
Para enseñarme a nadar,
fue muy costosa experiencia 250
irse el Maestro, y dejarme
sin enseñarme la ciencia.
Salí finalmente, y soy
tan Córdoba como era
del gran Capitán sobrino, 255
Duque en Terranova y Sesa.
Que el agua me echó a la orilla
no como a persona muerta,
mas como al ámbar más fino:
Dios guarde a Vuestra Excelencia. 260
CAPITÁN
Sobrino, don Juan, sobrino,
hijo.
DON JUAN
Ese nombre pudiera

solo volverme a tus ojos.
  -fol. 59v-  
CAPITÁN
Dame esos brazos, que llegan
a derribar mi valor 265
a los pies de tu prudencia,
no juzgues lo que ha pasado
a poco amor, sino a prueba
de tu valor.
DON JUAN
En el agua

no pruebes desa manera 270
un valor que pesa tanto,
que anegarás su firmeza.
CAPITÁN
Ya es hecho, con mis fortunas,
don Juan, las tuyas consuela.
Presto habemos de ir a España, 275
aquí estarás, ten paciencia,
que naide te ha de ofender.
DON JUAN
Basta señor que lo quieras,
para que don Juan te sirva,
y como es justo obedezca. 280
CAPITÁN
Pues, Paredes, ¿qué os parece?
GARCÍA
Estoy señor con vergüenza,
aunque contento de ver
el valor que don Juan muestra.
Por vida del Rey, señor, 285
y vuestra, que más quisiera
ser don Juan en este día
que Alejandro, Pirro y César.
Yo he hecho mil desafíos
entre naciones diversas, 290
con alemanes, con moros,
con diablos, y nunca vea
vuestra honra sin envidia,
si hice cosa como esta,
ni la vi más bien lograda. 295
CAPITÁN
Callad, que Peralta llega.

 

(Entra PERALTA, capitán.)

 
PERALTA
Esta carta es de Castilla.
CAPITÁN
Mostrad.
GARCÍA
¿Ya temes?
CAPITÁN
Que tema

es justo mis enemigos.
GARCÍA
Lee.
CAPITÁN
No son buenas nuevas.
300
GARCÍA
En fin don Juan, ¿ya quitáis
capas?
DON JUAN
¿Qué queréis que haga?

GARCÍA
Eso, porque satisfaga
la opinión que deseáis,
y aunque de aquel desafío 305
vuestro honor tan libre escapa,
no ha sido mala una capa
para quien sale del río.
DON JUAN
Si yo saliera temblando
fuera la capa mejor. 310
GARCÍA
Siempre que nada el honor,
se ha de ir cubriendo y guardando;
y no ha sido cosa impropia
nadar don Juan, y mojarse,
quien también supo enjugarse 315
al Sol de su fama propia.
CAPITÁN
¡Válgame Dios!
GARCÍA
¿Qué tenemos?,

¿cáese el mundo? Que si vos
hacéis estremos, por Dios,
que está el mundo en sus estremos. 320
CAPITÁN
Avísame aquesta carta,
que el Rey me manda prender.
GARCÍA
¡Voto a los diablos!
CAPITÁN
Que ayer

la mía a Fernando parta
con tanta seguridad, 325
¿y él prevenga mi prisión?
GARCÍA
A vuestra reputación,
grandeza y autoridad,
no puede haber cosa alguna
que ofenda, ni Dios lo quiera, 330
sino es que la envidia fiera
emborrache a la fortuna.
CAPITÁN
No me ha sacado de mí
cosa como esta en mi vida.
GARCÍA
Si fuera aquí la ofendida 335

-fol. 60r-
mi persona, fuera ansí;
porque viendo lo que pasa
saliera de mis casillas;
pero vos, ni aun de rodillas
saldréis de tan grande casa. 340
CAPITÁN
Voy a escribir.
GARCÍA
Yo a aguardaros.

CAPITÁN
Sobrino, venid conmigo,
que os quiero ya por amigo.
DON JUAN
Esta vida puedo daros.
GARCÍA
Y de las ajenas yo 345
os mando un millón entero.
CAPITÁN
Callad, Paredes.
GARCÍA
No quiero,

pesar de quien me parió;
¿cuando ya tú te amohínas,
que eres la misma prudencia, 350
quieres que tenga paciencia?
Pícaros, putos, gallinas.

 

(Vanse.)

 

 

(Salga POMPEYA disfrazada de hombre con capa y espada.)

 
POMPEYA
Noche, que has dado lugar
a cuanto intenta el deseo.
Noche, cuyo rostro feo 355
suele el amor desear.
Noche, enseñada a callar
tantos gustos y placeres;
máscara del Sol, pues eres
tan amiga de disfraces, 360
que de sus ausencias naces,
y de sus venidas mueres.
Siendo quien soy, me he fiado
de ti, mirando en efeto,
que tienes para el secreto 365
partes con que le has guardado,
porque tu manto estrellado
todo es ojos (¡gran fortuna!)
de quien amando importuna,
pues para no dar enojos, 370
estando tan llena de ojos,
no tienes lengua ninguna.
Noche, la parlera fama,
en susurrar siempre abeja,
no sé qué dijo a mi reja 375
(¡oh lo que escucha quien ama!)
pienso que mi honor infama
la nueva de un desafío
atrevido al honor mío,
que pudiéndole lavar, 380
le quiso el amor manchar
con toda el agua de un río.
No me he atrevido a fiarme
de los que en mi casa están,
para saber, si don Juan 385
es muerto para matarme.
Vestime para informarme
de los soldados que aquí
hacen guarda, pues en mí
ya no hace guarda el honor; 390
porque mal quien tiene amor
sabe guardarse de sí.
¿Cómo me podré informar
si vive don Juan o es muerto?
Más quiero pena en el puerto, 395
que esperanza por la mar:
¿a quién podré preguntar?
Pero ¿qué amor me engañó?
Que si en mi pecho asistió
por alma, si muerto fuera, 400
también el cuerpo muriera
donde por alma vivió.

 

(Salen GARCÍA DE PAREDES, DON JUAN y MORATA.)

 
GARCÍA
No me puedo sosegar.
DON JUAN
El amor no da sosiego.
GARCÍA
Téngole al gran Capitán 405

-fol. 60v-
por tantos merecimientos,
y porque yo sé también
la voluntad que le debo.
Con esto en toda esta noche
y en mil, por los altos cielos, 410
que he de estar en esta puerta,
y que si viene el infierno
con más escuadras de diablos
que de su Alcázar cayeron,
que primero han de matarme, 415
que se diga que está preso.
DON JUAN
Ya no sé Paredes quién
tendrá tanto atrevimiento;
que es hombre el gran Capitán,
que solamente de verlo 420
tiemblan naciones, que apenas
dueño humano conocieron.
GARCÍA
Dame don Juan, que decline
la fortuna, y verás luego
venir a ser tronco humilde 425
el más levantado cedro.
¿No has visto pintar a Hisopo
la fábula del León muerto,
tendido en un verde campo,
y cubierto de conejos? 430
Pues, ¿qué más ejemplo quieres?
DON JUAN
No vale ahora el ejemplo,
que está vivo el León.
GARCÍA
¡Ah, Dios!

Vivo llamas a quien vemos
desfavorecido, y ya 435
en odio de su Rey puesto.
Ahora bien, a mi amor toca
morir, esto solo quiero:
vete a acostar.
DON JUAN
¿Cómo irme?,

¿quiérole por dicha menos? 440
GARCÍA
Espera; ¿quién está allí?
DON JUAN
Llega Morata a saberlo.
MORATA
¿Para qué quieres que llegue,
si como corren los tiempos,
hay puestas por las esquinas 445
seis mangas de arcabuceros?
GARCÍA
¿Quién va? Desviaos allá,
que yo sabré lo que es esto.
¿Quién va?, digo; ¿no responde?,
¿no se mueve?, ¿es estafermo?, 450
¿qué aguarda?, ¿que le sacuda?,
habla, ¿o doyle?
POMPEYA
Caballero,

tened la espada por Dios,
y advertid, que no os ofendo.
GARCÍA
Qué figura, qué persona, 455
es de la prisión del güerto;
porque en nombrando a Gonzalo,
caerán todos por el suelo.
POMPEYA
Señor.
GARCÍA
Déjese de voces,

¿es notifico, o prendeldo? 460
¿es de fustibus et armis?
Porque tengo de san Pedro
esto de matar judíos.
POMPEYA
Señor, que me oigáis os ruego,
aquí aparte.
GARCÍA
Traerá acaso
465
para hablar boca de fuego;
pues tire, que por los santos
que lo parecen sin serlo,
que si me yerra.
POMPEYA
Advertid

que soy mujer.
GARCÍA
¿Cierto?
POMPEYA
Cierto.
470
GARCÍA
Pues veis toda la braveza
de Paredes, en oyendo
mujer, pareció un gazapo.
POMPEYA
A muy buena dicha tengo,
que seáis Paredes, en vos 475
mi desdicha arrimar quiero.
GARCÍA
Arrimar me quiero madre.
POMPEYA
Oíd.
GARCÍA
¿Cuánto va, que vengo

según soy de venturoso,
a ser alcagüete vuestro? 480
En fin, ¿sois mujer?
POMPEYA
Y noble.

GARCÍA
En siendo mujer lo creo,

-fol. 61r-
que el dar es grande nobleza,
y esta tenéis por estremo:
¿quién sois? Que siendo mujer, 485
y que rebozada os veo
a las puertas del Virrey,
del gran Capitán que ha puesto
su nombre sobre los nueve,
que el de la fama tuvieron. 490
Presumo que sois la envidia,
la envidia sois, que aquí dentro
vive el valor, la verdad,
la lealtad y el mayor pecho
de un invencible varón, 495
que vio la guerra y el tiempo.
POMPEYA
No creáis que soy la envidia,
su bien y aumento deseo.
GARCÍA
¿Sois la mentira por dicha?
Porque dijo della un griego, 500
que era hermosa y bien vestida,
y de colores diversos.
POMPEYA
Antes por tratar verdad
en tal peligro me veo.
GARCÍA
Pues, ¿qué seréis a la puerta 505
del gran Capitán? Sospecho
que sois la verdad, la fe,
la justicia, el santo celo,
la militar fortaleza,
la fama de tantos hechos. 510
Mas no digo bien, que todos
estos atributos creo,
que a la puerta no estuvieran,
que están dentro de su pecho.
¿Sois la desdicha por dicha? 515
Y está bien dicho; pues viendo
su dicha, desdichas quieren
borrar sus merecimientos.
Pues desdicha, ¿qué queréis?
Diréis que es Mario, Pompeyo, 520
Belisario, y otros tales;
no decís bien, que sirvieron
a repúblicas gentiles;
y el gran Capitán a aquellos,
cuyo católico nombre 525
quedará en España eterno.
Al mejor Rey, vive Dios,
que tuvo cristiano cetro,
engañan unos bellacos,
envidiosos y soberbios, 530
que dicen que es desleal
el gran Capitán.
POMPEYA
Teneos,

que os precipita el amor.
GARCÍA
Ya os conozco en decir eso;
vos sois la humildad sin duda, 535
que el gran Capitán la ha puesto
a la puerta de su casa,
porque todos entren dentro,
quejosos de mal pagados,
soldados rotos y enfermos, 540
mujeres pobres, viudas,
religiosos, niños, viejos,
¿no es verdad?
POMPEYA
Yo soy, Paredes,

Pompeya.
GARCÍA
Señora.
POMPEYA
Vengo

solo a saber de don Juan, 545
porque me han dicho que es muerto.
GARCÍA
Es verdad.
POMPEYA
¡Triste de mí!

GARCÍA
Paso, esperad.
POMPEYA
¿Cómo puedo?

GARCÍA
Que digo, muerto de amor.
Don Juan, allí viene un deudo 550
de Fabricio, él viene solo,
haced como caballero.
DON JUAN
¿De Fabricio?
GARCÍA
¡Caso estraño!

¡Que por más que huyo de serlo,
siempre he de ser alcagüete! 555
Ya que me vistan merezco
de terciopelo de plumas,
 

(Vase PAREDES.)

 

-fol. 61v-
fondo en miel.
DON JUAN
¡Ha hidalgo!
POMPEYA
¡Cielos!

La voz de don Juan parece.
DON JUAN
El buscarme en este puesto 560
no me ha parecido bien:
¿viene acompañado?
POMPEYA
Vengo

con don Juan.
DON JUAN
¿Con qué don Juan?

POMPEYA
El de Córdoba.
DON JUAN
¿A qué efeto

dice que viene conmigo? 565
POMPEYA
Porque en el alma le tengo.
DON JUAN
¿No ve que yo soy don Juan
de Córdoba?
POMPEYA
Ya lo veo;

por eso vengo a buscarle,
y si es hombre, como pienso, 570
sígame.
DON JUAN
Yo soy tan hombre,

que con ver que mayor yerro
no puedo hacer que seguirle,
digo, que seguir le quiero.
Morata.
MORATA
Señor.
DON JUAN
¿Paredes
575
se fue del todo?
MORATA
Y diciendo

que era alcagüete.
DON JUAN
¿De quién?

MORATA
¿Qué sé yo?
DON JUAN
Aqueste mozuelo

me ha dicho aquí que le siga.
MORATA
Si de don Fabricio es deudo, 580
mira que te han de matar.
DON JUAN
Si lo escuso, infame quedo,
yo voy tras él.
MORATA
Y yo cojo

cuatro, y quisiera quinientos
terrones de azúcar piedra. 585
DON JUAN
Por otra parte sospecho,
que irse y decir Paredes
que era alcagüete, es enredo
de alguna dama; al fin voy.
MORATA
Es pensamiento discreto; 590
porque dejarte Paredes,
por más imposible tengo,
que ser venturoso un sabio,
y ser desdichado un necio.

 

(Vanse.)

 

 

(Entren el ALMIRANTE, y el CONDESTABLE y criados.)

 
CONDESTABLE
¡Crueldad notable!, que Castilla intente 595
que la deje Fernando, que ha ilustrado
con mil coronas su gallarda frente.
ALMIRANTE
Un príncipe tan santo, y que le ha dado
el ser que tiene, es lástima que salga
como por fuerza y siendo tan amado. 600
CONDESTABLE
No puede haber obligación que valga
contra reinar sus Reyes justamente,
ni en la plebeya, ni en la gente hidalga.
A Nápoles se parte, aunque lo siente,
reino suyo en efeto, y conquistado 605
de aquel gran Capitán, que dignamente
vive de aqueste nombre laureado,
aunque pese a la envidia que le sigue,
y tiene al Rey tan sinrazón airado.
  -fol. 62r-  
ALMIRANTE
¿Quién es este crüel que le persigue? 610
CONDESTABLE
Son tantos ya, que apenas se adivina.
ALMIRANTE
Tanta virtud no es mucho que le obligue.
Alberico señor de Terracina,
y Juan Bautista Espinelo, Castrioto,
y la parte que llaman Anjoina. 615
CONDESTABLE
Admírame que causen alboroto
en el pecho de un príncipe tan sabio.
ALMIRANTE
A fe que no le hicieran de mi voto.
La larga ausencia es madre del agravio,
no sé que en su lealtad, por más que pueda, 620
pueda la envidia, ni aun mover el labio.
Felipe, nuestro Rey seguro queda.
Irse Fernando es justo y lastimoso,
que tal licencia el tiempo le conceda.
Entró en Valladolid con suntuoso 625
aparato la reina doña Juana,
acompañada de su amado esposo.
Adorale de suerte (¡ay fuese vana
tal opinión!) que dicen que de celos,
celos pasión de todo amor tirana. 630
Ha dado en tantas ansias y desvelos,
que se teme que pierda aquella parte
que al alma dieron por mejor los cielos.
CONDESTABLE
En fin, Fernando de Castilla parte,
y a Nápoles se va.
ALMIRANTE
Fernando viene.
635
CONDESTABLE
Mucho siento que el tiempo nos aparte.
ALMIRANTE
Mas, ¿qué mudanzas tan estrañas tiene?

 

(Salen el REY FERNANDO y el Capitán NUÑO DE OCAMPO.)

 
FERNANDO
Las cartas he recibido
con mucho gusto y contento.
NUÑO
Jamás en su pensamiento 640
cupo haberos ofendido.
FERNANDO
¿Dicen que trata casar
su hija el Virrey?
NUÑO
Ya es justo,

mas no por daros disgusto,
y así os pretende avisar. 645
FERNANDO
Si de Próspero Colona
se la da al hijo mayor,
claro está, que su favor
le obliga.
NUÑO
A vuestra Corona

Gonzalo Fernández mira. 650
Vuestro servicio es su ley;
vos sois gran Señor su Rey,
que lo demás es mentira.
FERNANDO
Amigo Nuño de Ocampo,

-fol. 62v-
si el gran Capitán quisiera, 655
hoy en España estuviera.
NUÑO
No está tan seguro el campo,
que sea servicio vuestro
desamparar tan gran plaza,
alguno a Italia amenaza, 660
que ha envidiado el valor nuestro.
Vos en efeto, señor,
vais a Italia, y lo veréis
por vuestros ojos, y haréis
al gran Capitán favor, 665
no mandando que le impidan
el salir de Castilnovo.
FERNANDO
Ya los decretos inovo
hasta que otros medios pidan.
No me dejan sosegar 670
con lo que me dicen dél.
NUÑO
Que Capitán más fïel
tenéis en tierra y en mar.
FERNANDO
Ya voy a vivir allí,
yo seré Virrey y Rey, 675
que ya quiero ser Virrey,
pues no soy Rey como fui.
¿Prevínose mi partida,
Almirante?
ALMIRANTE
Sí señor,

aunque con tanto rigor 680
mal forzada y bien sentida.
FERNANDO
¿Quién va conmigo?
ALMIRANTE
El primero,

es don Bernardo de Rojas,
marqués de Denia.
FERNANDO
Eso es fuerza,

pues ha tanto que se nombra 685
mi Mayordomo mayor.
ALMIRANTE
Va don Diego de Mendoza,
y don Juan su hermano, entrambos
de sus armas honra y gloria.
Don Fernando de Toledo 690
de acompañaros se goza,
hermano del Duque de Alba,
va don Fernando de Rojas,
que lo es del Marqués de Denia.
FERNANDO
Ya los amigos se apocan, 695
que siempre en poca fortuna
son las amistades pocas.
ALMIRANTE
De Aragón lleváis los Condes
de Aranda y de Ribagorza,
y su justicia mayor 700
de acompañaros se honra,
don Alonso de Aragón,
duque de Villahermosa,
y otros nobles de Valencia
y Cataluña, que agora 705
vienen con mucho contento
de la insigne Barcelona.
FERNANDO
Castilla de ti me voy,
aunque me quedo contigo,
trátasme como a enemigo, 710
tu amigo y tu padre soy.
Pero más contigo estoy
cuanto más dejarme quieres;
no me espanto que te alteres,
tu Rey es Felipe y Carlos; 715
pero déjame envidiarlos,
que te amo aunque ingrata eres.
Mientras vivió mi Isabel,
contenta te vi Castilla,
África por mí se humilla 720
a tu divino laurel.
De moro, hebreo y crüel
salteador limpié tu muro,
ya queda todo seguro,
que buen galardón me ofreces, 725
pues más mi amor aborreces,
mientras más tu bien procuro.
Aunque te dejo sin guerra,
siento con justa inquietud,
que llegue tu ingratitud 730
a arrojarme de tu tierra:
¡quién agora me destierra,

-fol. 63r-
bien podrá ser que algún día
conozca la falta mía!
Mas con razón me desvío, 735
porque amor y señorío
no sufren bien compañía.
A embarcarse finalmente
se va tu padre y tu amparo;
Rey te dejo ilustre y claro, 740
Príncipe en todo excelente,
plega al cielo, que en la frente
de Carlos mi nieto veas
la Corona que deseas
del gran Imperio alemán, 745
que ya mis ojos te dan
lo que no quiero que creas.

 (Vase.) 

0 comentarios