Entre papeles olvidados...
Lugar donde yo moro,
marcado por los dioses,
enemigos del amor
y de todo aquello
que al estar ausente
siempre causa mi pavor.
Mi palabra no miente:
donde ahora lloro
herido por los dioses
un día fuí feliz.
Más cometí un desliz,
que cambió aquello
que ya nunca volverá.
Por siempre es maldita
la tierra que yo piso,
donde osé enfrentar
a fuerzas poderosas
que quisieron castigar
a mi alma vanidosa.
Vanidosa por amor
amante de su candor.
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